¿Tienes gato y estás embarazada? ¡No lo abandones!
Durante años, los gatos han sido injustamente señalados como los principales culpables de transmitir la toxoplasmosis. Este mito ha provocado miedos innecesarios y, en algunos casos, decisiones tan drásticas como el abandono de mascotas. Desde Trivet, queremos aclarar este tema y darte información clara y actualizada para que puedas convivir con tu gato sin miedo, incluso en situaciones de riesgo como el embarazo o la inmunosupresión.
¿Qué es la toxoplasmosis y cómo se transmite realmente?
La toxoplasmosis es una enfermedad causada por un parásito llamado Toxoplasma gondii, que se transmite principalmente por consumo de carne cruda o poco cocinada, frutas o verduras sin lavar, y contacto con tierra contaminada. Aunque los gatos pueden formar parte del ciclo de vida del parásito, el riesgo de transmisión directa a humanos es muy bajo y se da solo en condiciones muy concretas.
Los gatos solo eliminan ooquistes infecciosos por un período corto (entre 1 y 3 semanas) y únicamente después de haberse contagiado por primera vez, lo que no siempre ocurre. Además, las heces frescas no son contagiosas, ya que los ooquistes necesitan varios días en el ambiente para volverse infecciosos. Una buena higiene —como lavarse las manos tras limpiar la bandeja de arena— es más que suficiente para prevenir cualquier problema.
De hecho, es más fácil contagiarse por manipular carne contaminada que por convivir con un gato.
Convivencia segura: lo que puedes hacer tú y tu gato
- No darles carne cruda ni vísceras.
- Evitar que cacen o beban agua de origen desconocido.
- Mantener sus vacunas y desparasitaciones al día.
- No consumir carne cruda (puede comerse si ha sido congelada 48 h a -20ºC o cocinada a 60ºC durante al menos 10 minutos).
- Lavar bien frutas y verduras antes de comerlas.
- Limpiar a diario la bandeja de arena del gato, preferiblemente con guantes.